miércoles, 19 de junio de 2013

Deberían cambiar sus estúpidas reglas, scouts.

"Estoy muy feliz de estar aquí. Siempre quise ser una boy scout pero nunca me permitieron ingresar. Creo que eso es jodido. Soy capaz de encender un fuego. Sé montar una tienda de campaña. Tengo un buen sentido de la orientación y puedo rescatar gatitos que se hayan subido a un árbol.

Escuchen, quiero hacer algo bueno por la comunidad. Y lo que es más importante, sé explorar a los chicos.

Así que pienso que debería ser aceptada como boy scout, y también pienso que estos deberían cambiar sus estúpidas reglas. ¿Ustedes no? No suenan demasiado excitados. ¿No creen que deberían cambiar las reglas?
Bien, entonces deben sentarse. Por favor relájense. Vengo con la escopeta montada.

No voy a hablar hasta que no estén todos sentados. Quiero verlos cómodos en sus asientos. Traje un libro en el caso de que se alargue y necesite leer.
Bien, fui una girl scout pero fui expulsada. ¿Quieren saber porqué? Porque mi falda era demasiado corta, y porque nunca vendí suficientes galletas. Me comía las galletas. Aquellas pastitas de mantequilla de cacahuete era buenas.
De todos modos, ya hemos hablado de eso.

Seamos serios por un momento. Acaban de ver un clip de mi reciente gira, quizás estuvieran allí, ¿tal vez alguno de ustedes lo vieron en directo? Pensé que era pertinente mostrarlo esta noche porque para mí ilustra todo eso de que la intolerancia, homofobia, crímenes por odio, acoso y otras formas de discriminación siempre parecen ser una manifestación del miedo a lo desconocido. ¿Verdad?
La mayoría de la gente no se siente cómoda con cosas que perciben diferentes de sí mismos, y apuesto a que si se tomaran el tiempo de conocerse los unos a los otros, si hicieran sus propias averiguaciones, si miraran debajo de la superficie de las cosas, encontrarían que no somos tan diferentes después de todo.

Estamos también bajo la ilusión de que con las maravillas de las tecnologías al alcance de nuestros dedos el mundo se está volviendo más unido, que la gente se está volviendo más familiar unos con otros, de que las distancias entre un ser humano y otro se van acortando.

Ahora, por un lado, eso es verdad. Pero por otro no lo es. Creo que justamente lo contrario también está ocupando lugar. Porque una imagen no cuenta mil historias, una imagen cuenta una única versión de mil historias, y esa supuesta intimidad que creemos que estamos ganando es falsa. Es un timo, un engaño.
Cree esta pieza de vídeo en mi show porque quería alarmar y llamar la atención al hecho de que realmente no nos tomamos el tiempo para conocernos los unos a los otros, y necesitamos hacerlo.

Si una madre palestina se sentara con una madre israelí para hablar acerca de los niños y de cuanto aman a sus familias ¿sentirían realmente esa división entre la una y la otra?

Si el presidente Putin se sentara en una sala con las Pussy Riot, el probablemente quisiera joderse a todas, de todos mods es lo que hizo. Y si mantuviera un diálogo abierto con ellas acerca de su punto de vista como jóvenes mujeres creativas creciendo en una moderna Rusia ¿habría permitido realmente que fueran arrastradas a la cárcel por tres años? Piensen en ello, es simplemente descabellado. Porque ellas criticaron al gobierno.

Y si este nuevo gobierno religioso en San Petersburgo se sentaran con los 85 hombres que fueron arrestados antes y después de mi show por mostrarse abiertamente gay, y les preguntaran acerca de sus esperanzas y sueños de futuro -escuchándoles realmente- ¿estarían en prisión ahora mismo? ¿habría recibido yo amenazas de muerte? ¿estaría yo enfrentándome a una demanda de un millón de dólares por apoyar abiertamente a la comunidad gay en Rusia?
No estoy echándome flores a mí misma, esto es que tienen que que intentar y comprender esto porque es tan absurdo. Todo en nombre de Dios. ¿Qué enseñaba Jesús? Está en todos los libros sagrados. Amar al prójimo como a sí mismo.

De modo que no se puede usar el nombre de Dios o la religión para justificar actos de violencia, para odiar o discriminar.

Pienso que ustedes comparten mi punto de vista y comprendo que todos los que estáis en esta sala estáis en la misma sintonía que yo, pero alguien ahí fuera sigue nadando entre dos aguas -por poco tiempo espero- espero que estén escuchando.

Cuando pienso en los chicos jóvenes que hoy en América están siendo acosados y torturados, en los que se han quitado la vida porque se sentían solos y juzgados, marginados e incomprendidos me dan ganas de sentarme y llorar ríos de lágrimas.

Siete de esos chicos aparecían en el vídeo que acabo de mostrarles. Ahora yo tengo hijos adolescentes, y la idea de que alguno de ellos o de que cualquier joven tenga que experimentar este tipo de dolor es incomprensible para mí. Me parece una atrocidad. No lo acepto.
Y no hay diferencia -no existe diferencia entre esto y una supremacía blanca colgando a un negro de un árbol antes del movimiento de los derechos civiles. ¿OK? No es diferente. No existen diferencias entre un talibán pegando un tiro en la cabeza a una chica por escribir en un blog acerca de la importancia de [¿tener acceso?] a una educación. No es más loco que ahorcar a un gay iraní por enamorarse de un hombre.

No sé vosotros, pero yo no puedo aguantar esta mierda ni un segundo más. Y es por eso que quiero comenzar una revolución. ¿Estáis conmigo? Estamos en 2013. Vivimos en América -¿la tierra de la libertad y el hogar de los valientes? Eso era una pregunta, no una frase.

Pero me encanta la palabra “valiente”. No conozco a mucha gente valiente. En la canción que acaban de escuchar canto la línea “es muy difícil encontrar a alguien a quien admirar”, y esa es la razón que me ha traído hasta aquí, para dar un galardón a alguien a quien admiro, para reconocer que alguien es valiente.

Alguien que ha marcado diferencia en el mundo promoviendo la igualdad y dando voz a la comunidad LGBT. Estoy aquí para honorarte, Anderson Cooper. "