viernes, 18 de julio de 2014

Cómo conocí a una desconocida Madonna: la última tentación de Cristo bailando breakdance.

ENTREVISTA A RICHARD CORMAN, autor de varias de las sesiones fotográficas más auténticas de los inicios de Madonna.

¿Cómo conociste a Madonna?Mi madre me la presentó. Estaba haciendo un casting para La última tentación de Cristo de Martin Scorsese y Madonna llegó para hacer una audición para el papel de la Virgen María. No le dieron el papel en la película, pero mi madre me dijo que debía conocer a esta joven. [Me dijo] “Nunca he conocido a nadie como ella. Es absolutamente original”. Como estaba empezando mi carrera en 1983, constantemente estaba buscando gente interesante para fotografiar, entonces por supuesto accedí a conocerla.

Fue el principio de la carrera de ambos. ¿Eso ayudó?: Para mí fue una etapa muy emocionante porque estaba empezando a darle forma a mi estilo. Madonna era distinta a cualquier persona que yo hubiera conocido antes, muy carismática, con mucha voluntad y totalmente única. Tenerla frente a mi cámara me hizo mejor fotógrafo. Era muy fresca, sexy, segura y hermosa. Definitivamente me ayudó porque pude hacer unas fotos estupendas, lo que me dio confianza como artista. Tendrías que preguntarle a ella si quieres saber si esa sesión la ayudó en su carrera. Pero lo que sí sé es que a ella le gustan estas fotos porque las tomamos en un momento muy memorable de su vida.
¿Qué sientes cuando recuerdas esta sesión?: Me recuerda la locura de creatividad que era Nueva York en los 80. Estaba rodeado visualmente de muchos artistas jóvenes sobresalientes (Basquiat, Haring…) quienes junto con la energía de la ciudad, me inspiraron a fotografiar y a ser valiente en el intento. Son muy buenos recuerdos. El viaje en el que estábamos todos como artistas era muy emocionante. Cuando conocí a Madonna por primera vez, me dijeron que llamara desde una cabina de teléfono (no existían los móviles) que estaba al otro lado de la calle en la que ella vivía. Me explicó que había pandillas patrullando su edificio y su barrio y necesitaba decirles a 15 o 20 personas que yo era su amigo o si no mi bienestar físico estaría en peligro. Cuando fui a su edificio, el mar de gente se partió en dos y me dejaron entrar.










¿Cuál es la historia del tejado y de los tipos que bailan breakdance?: Madonna era como El Violinista En El Tejado de su barrio. Todos los días llamaba a los niños para que subieran al techo de su edificio, ella subía su grabadora y se ponían a cantar y a bailar. Ella los inspiraba y ellos la inspiraban a ella. Era como la hermana mayor de estos niños que seguramente tenían una vida familiar muy jodida. Después de sacar unas fotos en su apartamento, me invitó a subir al tejado. Cuando salimos del apartamento gritó hacia abajo para que subieran los niños. Las imágenes se tomaron de manera muy orgánica, de la misma manera en la que evolucionó el baile y la música ahí arriba. Desde entonces seguí en contacto con esos niños, que ahora son hombres de 40 años. Algunos están vivos, otros no y otros están en la cárcel. Estos disparos son mis favoritos, capturan su perfección. Esos niños la adoraban. Ella realmente era como el flautista de Hamelín. ¡Los niños bailaban, cantaban y reían con Madonna cuando ella y su radiocassete exudaban alegría!.











¿Cómo era Nueva York en 1983?: Nueva York y el Lower East Side tenían su propio ritmo en aquél momento. La escena artística estaba viva y estaba bien. Nueva York y Madonna son parte de un movimiento creativo en el que cuanto más presionabas, más cedía, y había muchos artistas jóvenes presionando a la vez. Creo que este espíritu está de vuelta hoy en día en Nueva York, y es por eso que estas imágenes han estado escondidas durante tanto tiempo. Aunque Madonna siempre ha sido relevante, creo que estas fotos son más relevantes ahora que nunca.
¿Sigues en contacto con ella? ¿Crees que Madonna sigue siendo un modelo a seguir ahora?: Estoy en contacto con su gente, no directamente con Madonna. Siempre va a ser un modelo a seguir y su presencia siempre va a ser una fuente de inspiración para el mundo.